Este proyecto para un Parque Comercial en las afueras de Bilbao contemplaba el diseño de una serie de edificios, de los cuales en su mayoría se desconocía el uso comercial preciso que en un futuro tendrían. No respondían por lo tanto a una función determinada, por lo que debían ser lo suficientemente flexibles para poder alojar tipologías comerciales muy diversas como una tienda de informática o un taller de coches.

Además los edificios tenían situaciones bastante distintas. Algunos eran exentos, otros eran tiendas adosadas por medianeras, algunos se ubicaban directamente sobre la autopista, otros se encontraban en el interior del Parque.

En todos los edificios el objetivo primordial fue crear unos contenedores que pudieran realizar su función comercial pero sin ser absorbidos o destruidos por ésta. Por esta razón desde un primer momento se prestó especial atención a la forma en la que la publicidad y los rótulos comerciales se ubicarían, de tal modo que no solo quedaran integrados en la arquitectura, sino que ayudasen a conformarla.